Saint-Nectaire es un pueblo tranquilo construido alrededor de un monasterio del siglo XII. Es conocido como uno de los lugares donde se produce el queso Saint-Nectaire, así como las cuevas circundantes con una rica forma de goteo.
La ciudad fue fundada en el siglo XII alrededor de una abadía fundada por los duques de Auvernia. Su remanente es una magnífica iglesia románico-gótica, en cuyo interior se pueden admirar numerosas obras de arte escultórico románico, entre las que destacan insólitas columnas talladas en forma de capiteles sagrados.
En las cercanías de Saint-Nectaire, se encuentra el balneario de Saint-Nectaire-le-Bas con más de 40 fuentes termales. Ahora se utilizan en instalaciones de spa y baños termales. La zona también es famosa por la producción de excelentes quesos.
En las montañas que rodean Saint-Nectaire hay cuevas con una rica forma de goteo. Su gran atractivo son las Fuentes Petrificadas de Saint-Nectaire de origen volcánico. Una cueva con una fuente de 14 metros está abierta al público, y junto a ella hay un museo que presenta la historia de la formación de estas inusuales formaciones rocosas.