Reims es una de las ciudades industriales y comerciales más importantes del norte de Francia. Durante siglos compitió con París por el título de principal centro administrativo del país. Aquí se llevaron a cabo coronaciones reales, y la catedral local, que hoy es visitada por multitudes de turistas, deslumbró con su monumentalismo.
Reims se fundó sobre las ruinas del asentamiento galo de Durocortorum, que en los primeros siglos de nuestra era quedó bajo el dominio de los romanos. Después de que el Imperio perdió el control sobre estas áreas, se estableció un obispado aquí en 290. En 496, el rey de los francos, Clodwig, fue bautizado en la iglesia local. Pronto el castillo se convirtió en la sede del arzobispo. La catedral aquí se convirtió en el lugar de la coronación de los reyes de Francia hasta 1825. Los actuales edificios de Reims son en gran parte el resultado de la reconstrucción tras la trágica destrucción que sufrió la ciudad durante el bombardeo de la Primera Guerra Mundial.
El monumento más importante de Reims es la catedral gótica, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Este enorme templo de piedra de dos torres fue decorado en el siglo XX con vidrieras de Marc Chagall, y su fachada tiene más de 7.000 esculturas medievales. El casco antiguo con pintorescas casas de vecindad y plazas se extiende alrededor de la catedral. Entre los edificios, también se encuentra la basílica románica de San Remigiusz.
