Dijon es una ciudad de Borgoña famosa en todo el mundo por la producción de mostaza, que es uno de los símbolos de la cocina francesa. Pero Dijon no se trata solo de cocina, sino también de un pintoresco casco antiguo y monumentos interesantes, que atraen a multitudes de turistas cada año.
Los orígenes de la ciudad se remontan a la antigüedad. Durante la Edad Media se convirtió en un gran centro artesanal y comercial. Sigue siendo así hasta el día de hoy. Aquí se desarrollan principalmente las industrias química y metalúrgica. La parte antigua de Dijon está rodeada de edificios mucho más nuevos. La mayor parte del pintoresco casco antiguo se remonta a la época medieval. Están formadas por calles estrechas y empedradas con casas de entramado de madera cubiertas con tejas de colores. El centro de la antigua Dijon es el palacio de los duques de Borgoña con un interior bellamente decorado. Las iglesias aquí son testimonio de la larga historia de la ciudad. Debajo de la iglesia románico-gótica de Saint Benign se encuentran las ruinas de una rotonda anterior con la tumba de un mártir, y la iglesia de Notre Dame del siglo XIV es famosa por su fachada decorada con gárgolas.
Dijon es también una de las paradas de las rutas gastronómicas francesas. La famosa mostaza local debe su sabor a la mostaza, que se cultiva en suelos calcáreos. Hay un museo de la mostaza en la ciudad, que organiza demostraciones de su producción y talleres. A su vez, cada otoño en Dijon, se celebra la famosa feria gastronómica, a la que asisten expositores de todo el mundo.