Gniezno es una de las ciudades más importantes de la historia de Polonia. Es en sus cercanías donde comenzó la historia del estado y el bautismo de Mieszko I. El monumento más importante es la Catedral de Gniezno con las famosas Puertas de Gniezno, considerado uno de los monumentos más valiosos del arte románico en Polonia.
El castillo de la colina Lech en Gniezno fue construido a mediados del siglo X. Según documentos conocidos de ese período, fue la capital formal del estado polaco y uno de los castillos del duque donde había palacios. Mieszko I construyó aquí su castillo con una capilla, en cuyo sitio ahora se encuentra la Iglesia de St. Jorge.
La atracción turística más importante de Gniezno es la catedral gótica de Gniezno con las puertas de bronce de Gniezno, que representan escenas de la vida de St. Wojciech y una confesión barroca dorada con los restos del mártir y patrón de Polonia. En la cripta bajo la catedral se encuentran los restos del primer templo románico que se levantó en este lugar.
En las inmediaciones de la Catedral, se encuentra el Museo de la Arquidiócesis de Gniezno, que alberga valiosas colecciones de arte litúrgico, que incluyen cálices y accesorios de los primeros siglos del cristianismo en Polonia. El Museo de los Orígenes del Estado Polaco, con exposiciones dedicadas al gobierno de Mieszko I y Bolesław el Valiente y su importancia para el desarrollo del estado, es de gran importancia para la conciencia histórica y nacional polaca.
La parte central de Gniezno es la Plaza de la Ciudad Vieja, alrededor de la cual se concentran históricas casas de vecindad, y en las calles se pueden encontrar valiosas iglesias, como la Iglesia de St. Juan el Bautista, Iglesia de St. Trinidad o la Iglesia de la Asunción de la Santísima Virgen María. Una atracción de naturaleza completamente diferente es el ferrocarril de vía estrecha de Gniezno, cuya ruta conduce a la ciudad de Ostrowo.