Circus Maximus fue el más antiguo y grande de todos los circos romanos. Hoy en día, el circo es utilizado por italianos y turistas como lugar de paseos, reuniones, conciertos, demostraciones y juegos. De la enorme estructura no queda prácticamente nada hasta el día de hoy, a excepción de terraplenes y pequeñas partes del público visibles desde el lado este.
Según la tradición, Rómulo organizó aquí los primeros juegos romanos, durante los cuales tuvo lugar el famoso secuestro de las sabinas. Por ello, el rey Tarquinius el Viejo eligió esta zona para construir el primer circo de carreras de carros.
Desde el siglo VI al IV a. C., el Circo Máximo fue reconstruido muchas veces. Al final, pudo albergar a unos 250.000 espectadores. Tenía 544 metros de largo y 129 metros de ancho. En medio de la arena estaba el llamado spina, un muro largo y bajo que separa las pistas, que los participantes de la carrera rodearon siete veces.