Rodeado por una muralla medieval, el Jardín de los Naranjos, también conocido como el Parque Savelli, está situado en la colina del Aventino. El parque debe su nombre a los numerosos árboles de cítricos que crecen rodeados de cipreses. Allí se encuentra uno de los miradores más reconocibles. Desde la terraza del jardín se puede admirar el Tíber y el panorama de Roma, así como la Basílica de St. Peter. El mejor efecto se consigue mirando a Roma a través del ojo de la cerradura de la puerta de la Orden de Malta.
El parque fue fundado por iniciativa de la familia Savelli en el siglo 14. Está adyacente a la Iglesia Dominicana de St. Sabina. Según la leyenda, el primer naranjo del jardín fue plantado por St. Domingo en el siglo quinto. Y de los primeros frutos de este árbol, St. Katarzyna. En verano, las representaciones teatrales tienen lugar en el parque.