Saint-Omer es una ciudad comercial histórica y uno de los centros más importantes de la antigua Flandes. Durante siglos, asociada a la producción de textiles y al comercio de productos agrícolas, hasta el día de hoy cultiva la tradición de las ferias, y en su centro se pueden ver numerosos edificios históricos.
Aunque la ciudad sufrió muchas pérdidas durante la Segunda Guerra Mundial, todavía puedes ver objetos interesantes aquí. El más importante de ellos es la atracción principal de Saint-Omer, la Catedral de Notre-Dame. Construido entre los siglos XIII y XVI, es una mezcla de estilos que van desde el gótico temprano hasta elementos renacentistas.
Los orígenes de Saint-Omer están relacionados con la fundación de la abadía benedictina en el siglo VII. Los monjes, además de su espiritualidad y aprendizaje, también trajeron aquí nuevas formas de tratar. Casi desde el principio, comenzaron a regar las llanuras que rodean la ciudad y sembraron en ellas diversos tipos de hortalizas. Hoy en día, la llanura, cortada por canales, todavía se utiliza en gran medida con fines agrícolas, pero una gran parte está ocupada por el Marais Audomarois, marismas y humedales protegidos por la UNESCO, habitados por numerosas especies de aves acuáticas y palustres.
Hasta el día de hoy, solo quedan ruinas de la abadía, pero cuando visite Saint-Omer, puede encontrar piedras y ladrillos en muchos edificios del centro. Las atracciones de Saint-Omer incluyen la antigua residencia real del Hotel Colbert, que hoy alberga el Museo Arqueológico y la iglesia jesuita barroca.