Rocamadour es un pueblo situado en un acantilado sobre el valle del Lot. Es un famoso santuario mariano en el que se venera una estatua de la Madre de Dios llamada la Virgen Negra.
Según la leyenda, el nombre de la ciudad proviene del ermitaño Amadour, que tenía su asiento en la roca. Se suponía que debía tallar una figura de madera negra que representaba a la Madre de Dios sentada en el trono y sosteniendo a Jesús en su mano. Rocamadour ha sido uno de los santuarios marianos más importantes de Francia desde la Edad Media. También se encuentra en el Camino de St. James a Santiago de Compostela.
Un atractivo que atrae no solo a los peregrinos sino también a los turistas a Rocamadour es la inusual ubicación de la ciudad. Está situado en una pendiente y al pie de un acantilado rocoso. Todas las casas están muy juntas en una calle que sube hacia la cima. Su último tramo conduce a lo largo de más de 200 escalones y se llama Via Sacra. Las casas en Rocamadour parecen pegadas a una pared de roca y desde la distancia se puede pensar que algunas de ellas casi cuelgan en el aire.
El complejo perteneciente al santuario incluye la Basílica de Saint-Sauveur que se encuentra debajo de la roca y las capillas ubicadas arriba, incluida la Capilla más importante de Nuestra Señora, donde se guarda la Virgen Negra.