El fenómeno kárstico del abismo de Padirac se encuentra entre rocas calizas del Jurásico en el Macizo Central francés, en la meseta de Causses du Quercy. Es una formación geológica con un diámetro de 35 m, que constituye una entrada erosiva a una cavidad subterránea natural. En el fondo de este golfo, a una profundidad de 103 m, hay un río subterráneo de más de 40 km de longitud.
Édouard-Alfred Martel fue el primero en explorar esta cueva con el apoyo de la parroquia local. Entre los datos interesantes sobre este lugar, cabe mencionar que el Abismo de Padirac sirvió de refugio a los habitantes locales durante la Guerra de los Cien Años y durante las guerras religiosas, y en el siglo XVI se extraía sal.
Hay una leyenda relacionada con este lugar. Dice que San Pedro, estando en esta zona, caminó por el terreno fangoso, buscando almas para salvar de la condenación eterna. De repente, apareció Satanás y le ofreció una apuesta por las almas en el infierno. El diablo perdió la apuesta, golpeó el suelo con furia y así se creó una puerta al inframundo.