La basílica neobizantina fue construida en la segunda mitad del Siglo XIX. Está ubicado en la colina de La Garde, lo que lo hace visible desde cualquier punto de Marsella. En el interior se puede admirar, entre otros decoraciones de mármol de colores, vidrieras o bajorrelieves del siglo XIII. También cabe destacar la cripta y la torre y la escultura de once metros de la Virgen María con el Niño ubicada en su parte superior.
El templo fue diseñado por Jacques-Henri Esperandieu a petición de Eugène de Mazenod, obispo de Marsella. El proyecto preveía el uso de materiales no disponibles en la región: mármol y pórfido. Debido a la necesidad de importar materias primas y retrasos en las entregas, la construcción de la basílica tomó más de 10 años.
Existen numerosas ofrendas de acción de gracias en la basílica, tanto trasladadas de la antigua capilla como colocadas hoy, entre otras placas tradicionales, modelos de barcos, medallas de guerra, así como camisetas y bufandas del club de fútbol Olympique de Marsella.