Situada en la desembocadura del Ródano, Marsella es la segunda ciudad más grande de Francia. Multicultural y cosmopolita, está estrechamente relacionada con el mar y su puerto durante siglos. Hasta el día de hoy, la vida cultural y social de la ciudad se centra en el Puerto Viejo, dedicado al turismo.
Marsella fue fundada en la época romana y todavía se pueden ver los restos de edificios antiguos en el casco antiguo, llamado Le Panier. Sobre ellos creció el tejido urbano actual, formado por edificios de diferentes épocas. El pintoresco casco antiguo se levanta en las laderas de las colinas, mostrando a los turistas fachadas coloridas de casas de vecindad y palacios ricamente decorados. Uno de los más bellos es el Palacio Longchamp del siglo XIX rodeado por un parque.
El símbolo de Marsella y su monumento más famoso es la basílica neobizantina de Notre Dame de la Garde que se encuentra en una colina, cuya torre está decorada con una estatua de Nuestra Señora. La iglesia es también el mejor mirador sobre la ciudad y la costa vecina.
El Puerto Viejo es la parte más concurrida y visitada de Marsella. A su alrededor se encuentran restaurantes, bares y enotecas. Las famosas fábricas de jabón de Marsella y la medieval St. Wiktor, que parece un castillo defensivo con altos muros y torres. Desde el puerto, se puede navegar hasta el archipiélago rocoso de Frioul, donde en la Isla de If hay un castillo conocido como la prisión del Conde de Montecristo.
