El castillo neorrománico fue construido en 1911 por orden del príncipe Gheorghe Cantacuzino. El complejo consta de cuatro edificios: una residencia residencial, dos pabellones y una capilla. Después de la Segunda Guerra Mundial, albergó un sanatorio. Los interiores se han restaurado a su aspecto original y todo el complejo se ha transformado en un museo.
El castillo está ricamente decorado con vidrieras, vigas pintadas en el techo, chimeneas de piedra blanca y adornos de mosaico. Las paredes del pabellón central están cubiertas con relieves de piedra. Alberga una colección heráldica que contiene escudos familiares vinculados a la alianza con la familia Cantacuzino. También hay retratos de familiares de la rama Munten.
El complejo está rodeado por un parque que también está abierto al público. Allí se pueden ver fuentes decorativas y una pintoresca gruta con cascada.