A diferencia de gran parte de Portugal, no son la costa y las playas las que atraen a los turistas a la región. Los mayores atractivos aquí son las ciudades y sus monumentos, pequeños pueblos con edificios antiguos, naturaleza y paisajes.
La capital de la región, Braga, fue fundada hace más de 2.000 años, lo que la convierte en una de las ciudades más antiguas de Portugal. También es el lugar donde comenzó la historia del cristianismo portugués. La ciudad está llena de monumentos de diferentes épocas, incluida la magnífica catedral, iglesias y palacios barrocos y los hermosos jardines de St. Bárbara.
En las afueras de Braga se encuentra uno de los santuarios más importantes del país, Bom Jesus do Monte. La instalación, inscrita en la lista de la UNESCO en 2019, es conocida no solo por la estatua del Niño Jesús almacenada aquí, sino también por la imponente Escalera Santa que conduce a la entrada. También se puede subir a la montaña en teleférico.
En el sur de la región se encuentra la histórica ciudad de Guimarães, donde se puede ver el castillo que fue la primera sede de los reyes portugueses y el centro protegido por la UNESCO con pintorescas plazas y monasterios medievales.
El distrito también alberga el único parque nacional de Portugal, Peneda-Gerês. Abarca un límite montañoso con el distrito de Vila Real, y su paisaje está formado por montañas boscosas, profundos valles fluviales, cascadas y lagos de montaña.