La colegiata de Kruszwica es uno de los monumentos polacos más antiguos, que representa el estilo románico, y es uno de los pocos que ha conservado su estilo original hasta nuestros días. El interior del templo, al igual que el exterior mismo, es crudo y sin adornos en exceso. Se conservan la pila bautismal y la pila, y en los ábsides se pueden ver vestigios de los altares originales.
El templo, construido con piedra arenisca y granito, ha sido restaurado y el único cambio que se hizo a la estructura original fue un ligero ensanchamiento de las ventanas. La construcción se completa con una única torre, que sustituyó a las dos anteriores en el siglo XVI.
En el interior, hay muchas cruces simbólicas, incluida la característica esvástica antigua, un signo que protege contra Satanás. Durante las obras de renovación, se descubrieron los restos de una vidriera y baldosas cerámicas, lo que puede demostrar que la iglesia fue mucho más rica en el pasado. En los muros de la iglesia también se pueden ver numerosos ábsides, algunos bajorrelieves y cantería, conservados de la época en que se erigió el edificio.
Atracciónes dentro

