Mercado

La plaza de Delft es el punto más importante del pueblo y aquí encontramos el corazón de cada centro histórico: el edificio monumental del ayuntamiento de 1618-1620, diseñado en estilo renacentista. En la plaza se organizan eventos locales, hay tiendas de souvenirs, restaurantes y cafés, todo rodeado de coloridas casas de vecindad.

Además del ayuntamiento, también hay una nueva iglesia construida en los años 1397-1496 en estilo gótico, cuyo interior fue inmortalizado muy a menudo en pinturas de pintores holandeses. Merece la pena subir a la torre Nieuwe Kerk de 115 metros de altura, desde la que se puede admirar el panorama de la ciudad. Los restos de Guillermo I de Orange, también conocido como el Silencioso, que fue asesinado en el monasterio local, están enterrados en las bóvedas de la iglesia.

Mientras esté en el mercado, vale la pena ir a una de las queserías locales, una especialidad holandesa. No solo podemos comprar uno de ellos, sino también participar en una cata.