Cascia es una pequeña ciudad histórica, conocida principalmente como un lugar de culto de St. Rita, patrona de la desesperanza. Su santuario, construido a principios del siglo XX, atrae cada año a multitudes de peregrinos.
Santa Rita vivió a finales del siglo XIV y XV. Su marido fue asesinado por opositores políticos, y ella misma rezaba fervientemente para que sus hijos no mancharan sus conciencias con venganza de los asesinos. Sus súplicas fueron escuchadas, pero de una manera inmensamente dolorosa. Ambos hijos murieron durante la epidemia de gripe. Luego de estos hechos, Rita ingresó a la Orden de los Agustinos, donde recibió estigmas. Fue considerada santa solo en 1900, aunque su culto se estaba extendiendo en Cascia mucho antes.
Después de la canonización, la Basílica de St. Rita de Cascia, que es el atractivo más importante de la ciudad. En su interior ricamente decorado hay una confesión con el cuerpo conservado del santo. Es destino de numerosas peregrinaciones, porque la oración a S. Rita es tratada como una ayuda en asuntos muy difíciles, incluso desesperados.
Además de la basílica, la ciudad también tiene un casco antiguo pequeño, pero bien conservado, con casas principalmente de la época del Renacimiento y el Barroco, y varias iglesias valiosas.