Port-Vendres es un pequeño pueblo pesquero en la frontera franco-española. Aquí hay restos de fortificaciones del siglo XVII, y la ciudad es famosa por sus excelentes restaurantes que sirven platos de pescado y marisco.
Desde la Edad Media, Port-Vendres fue principalmente importante como puerto comercial y pesquero. También fue objeto de disputas entre Francia y España. Tiene fuertes lazos con Cataluña, y finalmente se incorporó a Francia solo en el siglo 16. En el siglo siguiente, el ingeniero militar francés Sebastian Vauban fortificó Port-Vendres como un punto estratégico de esta parte de la costa. Varios fuertes y los restos de las murallas de la ciudad han sobrevivido hasta nuestros días.
En el centro del pueblo, contiguo al puerto, hay una antigua nave pesquera. En Cap Bear, a pocos kilómetros de la ciudad, hay un faro al que se puede llegar por senderos o carreteras sinuosas.