El palacio fue erigido en el siglo XIV como residencia papal durante el cautiverio de Aviñón y ha estado en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1995. La plaza con una superficie de 15 ha es el castillo gótico más grande de Europa y se puede ver allí, entre otros el dormitorio papal, la Sala de Audiencias, la Sala del Consistorio, la Biblioteca Papal con su colección única, la Capilla de St. Marcjala y la habitación de los ciervos. La enormidad de salas y exhibiciones significa que visitar todo el complejo lleva al menos un día.
La residencia consta de dos edificios: el Palacio Viejo, que fue construido por el Papa Benedicto XII, caracterizado por un estilo estricto y económico, y el Palacio Nuevo, erigido por su sucesor, Clemente VI, cuyo amor por la riqueza y el arte es claramente visible en la arquitectura del edificio posterior.
En la Sala de los Ciervos se pueden admirar frescos que representan los ritos de caza de la corte y es la única sala en todo el palacio dedicada a temas seculares.
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