Navarra es una región montañosa que se encuentra en la frontera con Francia. Solía ser un reino poderoso en el pasado, y las huellas de su esplendor son visibles en forma de castillos y ciudades medievales. La ciudad capital de la región es Pamplona, conocida por su gran carrera de toros.
En el siglo XI existió un reino en Navarra, que con el tiempo empezó a jugar un papel importante en toda la Península Ibérica y tierras francesas. De esta época quedan muchos castillos góticos, de los cuales los más bellos son el Castillo de Javier cerca de Sangües y el Palacio de los Reyes de Navarra en Olite.
Navarra es una tierra de pueblos pequeños, pero perfectamente conservados desde la época medieval. Entre ellos, merecen una especial atención Tudela, Sangüesa, Olite y Estella. El Puente la Reina con un puente del siglo XI, importante parada de la ruta de peregrinaje a Santiago, ha sido de gran importancia desde la Edad Media.
La parte norte de la región es montañosa. Aquí dominan las altas cumbres de los Pirineos. Valles escarpados y gargantas poderosas como Foz de Arbaiun y Foz de Lumbier son un destino frecuente para practicar senderismo. Al pie de las montañas se encuentra el campo de batalla de Roncesvalles, donde los vascos lucharon contra los francos en el 778 d.C. Estos hechos se describen en el poema Pieśń o Rolandzie.
La capital de la región, Pamplona, cuenta con una ciudadela renacentista y una catedral del siglo XV que es una parada importante en el camino a Santiago. Pero su atracción más famosa es la fiesta anual de Sanfermin del 6 al 14 de julio, cuando se llevan a cabo enormes persecuciones de toros en las calles de la ciudad.