La Puerta de Alcalá es la antigua puerta oriental de la ciudad, construida en estilo clásico. Está ubicado en la Plaza de la Independencia (Plaza de la Independencia) de Madrid. Estaba hecho de granito, el autor del proyecto fue Francesco Sabatini. Destacan las esculturas de piedra caliza que lo adornan por Francisco Gutiérrez (que incluyen alegorías de las cuatro virtudes cardinales) y el francés Robert Michel (escudos de la fachada oeste).
La carretera de Alcalá de Henares solía conducir por la puerta oriental a Madrid, de ahí el nombre del monumento de hoy. La puerta fue construida en la segunda mitad del siglo XVIII; el tiempo de construcción se conmemora con una losa de piedra en el centro del monumento.
Se cree que las esculturas alegóricas debían celebrar las virtudes del rey Carlos III: su prudencia, justicia, perseverancia y moderación. Aquí están representados por las figuras de niños pequeños, un tema característico del estilo barroco.