El faro se inauguró en 1863 durante el reinado del rey Federico VII, cuyo monograma se puede ver sobre la puerta de entrada. Fue construido en estilo clásico. Se asienta sobre un acantilado de 22 metros y tiene 35 metros de altura, gracias a lo cual su luz se encuentra a una altitud de 57 metros sobre el nivel del mar.
En días seleccionados de verano, el faro se puede visitar con un guía. En el medio hay una pequeña exposición y un café, y en la parte superior hay un mirador. Las escaleras que constan de 144 escalones conducen al balcón. El faro está conectado a dos edificios más pequeños. Uno era para el farero y el primer ayudante y el otro para los otros dos trabajadores.
Hay una leyenda relacionada con el faro sobre un ave depredadora demoníaca que vive en un acantilado junto al faro. Se dice que persiguió tanto al primer farero que el hombre se suicidó apenas 19 después de vivir en el faro.