Sint-Joriskerk, o la Iglesia de St. George, es un edificio neogótico construido en 1853 según el diseño del arquitecto Léon Suys. La iglesia llama la atención con dos altísimas torres caladas. En la fachada se pueden ver estatuas de St. George y los 12 apóstoles. En Sint-Joriskerk hay un relicario de 1878, en el que se encuentran los restos mortales de casi 40 santos.
Sint-Joriskerk se creó gracias a los esfuerzos del pastor Jan Cauwenbergh, quien compró el terreno de la antigua iglesia en 1846 con la intención de construir una nueva iglesia sobre las ruinas de un templo destruido durante la Revolución Francesa. El mobiliario de los altares y varios epitafios de la primera iglesia han sobrevivido, entre ellos obras de Frans I Francken.
En el interior, vale la pena prestar atención a una serie de pinturas murales moralizantes, que son obra de, entre otros Gotfried Guffens (1823-1901) y Jan Swerts (1820-1879).