Pilsen es una de las ciudades checas más grandes, conocida principalmente como el centro de la industria mecánica y la sede de la cervecería más grande del país, Pilsner Urquell.
Pilsen fue fundada en el siglo XIII y se desarrolló muy rápidamente como un punto importante en la ruta comercial. Los comerciantes locales crearon bodegas de varios niveles debajo de sus casas, en las que se almacenaban las mercancías. De esta manera, se creó un laberinto inusual, cuyos fragmentos todavía están disponibles en la actualidad en forma de ruta subterránea. La importancia de Pilsen como centro comercial en la Edad Media también se destaca por su enorme mercado, uno de los más grandes de Europa Central. Se han conservado una gran cantidad de casas de vecindad históricas de diferentes épocas y el ayuntamiento renacentista, pero el edificio más importante aquí es la catedral gótica de St. Bartolomé, desde cuya torre se puede admirar el panorama de la zona.
Desde el comienzo de la existencia de la ciudad, varias decenas de cervecerías operaron allí. A mediados del siglo XIX, las autoridades de la ciudad obligaron a los cerveceros locales a fusionarse en una cervecería controlada por ellos, lo que condujo al establecimiento de la planta Pilsner Urquell. En Pilzno se puede visitar la antigua fábrica de cerveza, el Museo de la Cervecería y la llamada Nueva Cervecería, donde se elaboraba cerveza hasta mediados del siglo XX.
En el siglo XIX, Pilsen experimentó un período de desarrollo industrial, asociado con el establecimiento de plantas mecánicas, incluidas las propiedad del constructor Emil Skoda. Entonces llegaron muchos judíos a la ciudad, cuyo recuerdo es la Gran Sinagoga neorrománica, donde hoy se celebran conciertos y exposiciones. En el período de entreguerras, el famoso arquitecto Adolf Loos trabajó para los representantes más ricos de esta comunidad, quienes crearon aquí apartamentos y pisos modernistas, algunos de los cuales han sobrevivido hasta nuestros días.
