Castelo do Queijo es un castillo del siglo XVI en Oporto. Su nombre se puede traducir como "castillo de queso". Debe su nombre original a las rocas sobre las que se levanta la fortaleza, que aparentemente parecen quesos. El castillo fue construido sobre un plan de estrella y se encuentra en la misma orilla del océano. Se caracteriza por bonitos baluartes semicirculares. Es una instalación militar, pero abierta al público.
En 1938, la Comisión Municipal de Arte y Arqueología (Comissão Municipal de Arte e Arqueologia) propuso que el fuerte fuera adaptado para su uso como museo. Sin embargo, ya en 1943, la guerra significó que se instalaron baterías antiaéreas en el fuerte para protegerse de los ataques alemanes. Con el fin de recaudar fondos para pagar una guardia permanente, el castillo se volvió a abrir al público; el fuerte se utilizó luego como mirador.
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