La iglesia del monasterio de Cardais es uno de los mejores ejemplos del llamado estilo barroco nacional en Portugal. Detrás de la sencilla fachada, en la forma regular del edificio, hay interiores maravillosamente decorados con gotas de oro, en los que también se utilizaron azulejos para la decoración.
La iglesia fue construida en 1681. Sobrevivió al gran terremoto de 1755 en relativamente buenas condiciones. Afuera, la iglesia no destaca con nada especial. Sin embargo, el interior da una impresión completamente diferente. Las paredes están decoradas con azulejos. Los paneles blancos y azules presentan un valor artístico muy alto. Lo mismo ocurre con los hermosos altares tallados y dorados, que parecen estar compuestos por millones de pequeños elementos decorativos. La pintura del altar mayor muestra a la Virgen María adorada por los santos carmelitas y las pinturas de las paredes muestran la historia de Santa Teresa de Ávila.