El castillo de Szymbark, también conocido como la mansión defensiva de la familia Gładysz, es una enorme fortaleza renacentista que, según los expertos, es un ejemplo perfecto de la arquitectura de un castillo, es decir, un edificio residencial fortificado. La fortaleza estuvo habitada una vez por miembros de la familia Gładysz.
Las tierras sobre las que se construyó el castillo de Szymbark en 1540 fueron entregadas por Casimiro el Grande a un caballero, Jan Gładysz. Después de la familia Gładysz, el castillo también fue habitado por otras familias, hasta finales del siglo XVIII. Más tarde, el edificio cumplió varias funciones (incluida una destilería o un almacén) y con el tiempo se deterioró, y en los últimos años se ha renovado tanto por fuera como por dentro.
Las leyendas famosas están asociadas con la residencia Gładysz. Uno de ellos asumió la construcción de cuatro torres de la corte para separar a las hijas de Gładysz, cada una de diferente naturaleza. Según otro, se suponía que los tesoros guardados por demonios estaban escondidos en la cueva debajo de la mansión.