Una estructura defensiva del siglo XIV, financiada por el rey Casimiro el Grande. Su función era proteger la aduana ubicada en el vado de Pilica. Allí discurría una ruta comercial de Lviv a Toruń. Aparentemente, el castillo estaba conectado por un túnel secreto con la cercana iglesia de St. Idzi, visitado por la propia reina Bona.
El castillo fue construido con ladrillo y piedra arenisca. Estaba rodeado por un foso de 20 metros de ancho y muros de 8 metros de alto y 2,5 metros de espesor. Tenía dos torres. El más pequeño era rectangular, mientras que el más grande, ubicado en la esquina noreste, era octogonal (octogonal). Tenía un diámetro de más de 10 metros y una altura desconocida en la actualidad. Sirvió como calabozo, un punto defensivo difícil de conquistar y un mirador para el cruce del río Pilica.
El castillo cumplió sus funciones hasta la época de la invasión sueca, cuando sufrió graves daños y quedó en ruinas. Actualmente, después de su afianzamiento y adecuación para fines de utilidad, las ruinas del castillo alberga un centro cultural, biblioteca y punto de información turística.