Kacia Nora es un museo privado que presenta la historia de la tortura con una rica colección de herramientas para infligirla. La exposición está ubicada en una bodega del siglo XV, cuyo interior refleja la atmósfera de las antiguas cámaras de tortura. En el museo se han reunido alrededor de cien piezas.
Estas son herramientas para castigar faltas menores: para ridiculizar a la persona condenada, para infligir dolor y muerte y para extraer la verdad o forzar una confesión. Un ejemplo son las horquillas de un hereje, cuatro cuchillas unidas al cuello de la víctima, que perforan con el menor movimiento el torso y el cuello. Fueron utilizados en casos de sospecha de brujería.
Kacia Nora organiza talleres de herrería, carpintería y alfarería, además de pintura y dibujo. A petición de los visitantes, el museo puede preparar una puesta en escena eficaz: coopera permanentemente con grupos de recreación y hermandades de caballeros.
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