Luxemburgo es la capital del principado del mismo nombre encajada entre las fronteras de Francia, Alemania y Bélgica. Cuenta con un casco antiguo medieval perfectamente conservado que, junto con los acueductos que parten del valle de Alzette, ha sido incluido en la lista de la UNESCO.
Existente desde la Edad Media, la ciudad es hoy la capital financiera europea, con cientos de bancos e instituciones financieras. En el centro, sin embargo, lo que pasa a primer plano es la historia. Las calles adoquinadas están llenas de casas de vecindad góticas, renacentistas y barrocas, y el edificio más importante es la catedral de Notre Dame de estilo gótico tardío con su rica decoración barroca.
Muy cerca se encuentra el Palacio de los Grandes Duques del siglo XVI construido en estilo renacentista flamenco. Hoy en día sigue siendo la sede de invierno de los reyes de Luxemburgo. En el casco antiguo también se encuentra la Iglesia de St. Michael, cuya historia se remonta al siglo X, y la puerta gótica de la ciudad.
Los atractivos de la ciudad son los restos de la fortaleza, cuya construcción se inició en el siglo XVII. Erigida sucesivamente por franceses, austriacos y españoles, cuenta con casamatas que se extienden a lo largo de una decena de kilómetros y están abiertas a los visitantes, así como numerosos fuertes, torres y puestos defensivos.
Luxemburgo también cuenta con interesantes museos, los más importantes de los cuales son el Museo de Arte e Historia y el Museo Bancario, que le recuerda la rama más importante de la economía del país en la actualidad.
