Teramo es una ciudad situada entre los Apeninos y el Mar Adriático. Gracias a ello, puede ser una buena base para las personas a las que les guste combinar el ocio activo con el sol. También hay muchos monumentos en la ciudad, los más valiosos de los cuales provienen de la Edad Media.
La ciudad ya existía en la época prerromana, y los romanos la convirtieron en un importante centro comercial. Hay restos de un antiguo teatro y varias villas con mosaicos. Numerosos elementos encontrados durante las excavaciones se exhiben en el museo arqueológico local.
El mayor apogeo de Teramo tuvo lugar en la Edad Media. En ese momento, se construyó una gran parte de los edificios del centro, que ha sobrevivido hasta nuestros días, incluida la catedral románica de St. Berard, donde se puede ver una fachada plateada con 35 escenas talladas de la vida de Cristo. Construida a finales de los siglos X y XI, la Iglesia de Santa Maria de Praediis se construyó con materiales de templos romanos y edificios de la ciudad.
El gran atractivo de Teramo es su ubicación entre el mar y la montaña. Llegar a las playas de arena del Adriático lleva menos de una hora, y el mismo tiempo debe dedicarse a llegar al pico más alto de los Apeninos de Corno Grande. Los macizos circundantes del Gran Sasso y Laga están cortados por una densa red de senderos y son fácilmente accesibles por carreteras locales.
