Debido a su ubicación en el corazón de Sicilia, a Enna a menudo se le llama "el ombligo de la isla". Construida sobre una roca, la ciudad tiene bonitos edificios antiguos y cuenta con uno de los castillos más grandes de Sicilia.
La ciudad fue fundada como una colonia griega y más tarde quedó bajo el dominio romano. Compartió el destino de toda Sicilia, quedando sucesivamente en manos de los árabes, Bizancio, Alemania, y finalmente formando parte del Reino de Sicilia. Floreció más en la Edad Media, siendo un importante punto estratégico y una parada en la ruta comercial. Actualmente, la zona es famosa por el cultivo de cítricos y las solemnes celebraciones de la Semana Santa, que tienen un escenario excepcionalmente grandioso y colorido.
Situada en una colina a más de 1000 m sobre el nivel del mar, Enna es visible desde la distancia y es en sí misma un gran mirador. Esta ubicación estratégica resultó en la construcción del Castillo de Lombardía, que es el mayor atractivo de Enna. Además de él, en la ciudad también se puede ver la iglesia de St. Francisco con un campanario, la iglesia barroca de St. Benedicto y la Catedral de Nuestra Señora.
El Museo Alessi tiene una valiosa colección de arte religioso y objetos litúrgicos, y en la biblioteca de la ciudad se exhibe una exposición de libros antiguos.
