Hasta hace poco, el nombre de Manchester era sinónimo de una ciudad industrial enorme y ligeramente en declive con poca actividad. Mientras tanto, el comienzo del siglo XXI trajo estímulos completamente nuevos a este lugar y lo convirtió en un centro vivo no solo de tecnología y ciencia modernas, sino también de cultura.
El rostro de Manchester ha ido cambiando como un caleidoscopio en los últimos años. Los almacenes y las naves industriales descuidados y abandonados desaparecen del centro de la ciudad. Algunos de ellos se transforman en instalaciones públicas, como el Museo de la Ciencia y la Industria o un centro de artesanía, otros son demolidos para dar cabida a edificios modernos. Entre ellos, escondido por los canales, hay un pequeño centro histórico con una catedral gótica y varios pubs antiguos, así como un ayuntamiento neogótico y la biblioteca neoclásica y monumental Reynolds cercana.
Manchester se está convirtiendo en una verdadera meca de los museos frente a los turistas que la visitan. El moderno Museo de la Guerra Imprial ha sido inaugurado en los muelles renovados, el innovador Museo de Manchester opera en edificios universitarios y el edificio futurista del Museo del Fútbol se ha levantado en las cercanías de la plaza de la catedral. La ciudad también puede considerarse una buena base para el cercano Peak District, con páramos, colinas salvajes y lagos glaciares.