La capital y ciudad más grande de Gales se encuentra en la desembocadura del río Taff en el canal de Bristol. Su principal atractivo es un castillo normando construido en el siglo XI en el sitio de un fuerte romano. Cardiff Bay y Butetown también son lugares importantes que atraen a residentes y turistas después de la revitalización.
La historia de Cardiff se remonta a la época romana, cuando era un campamento militar. A partir del siglo X, esta zona fue ocupada gradualmente por los normandos y, en 1081, llegó el propio Guillermo el Conquistador. Fue entonces cuando se inició la construcción de un castillo defensivo, desde cuya torre se puede admirar el panorama de la zona. En el interior, se encuentran cámaras de diferentes épocas, decoradas con valiosos muebles y artesanías.
El casco antiguo de Cardiff es un laberinto de callejones estrechos y calles anchas construidas durante el auge industrial. La ciudad y sus alrededores eran conocidos como el centro de extracción y procesamiento de hierro y carbón. Una de las mayores bolsas de carbón de Europa operaba en Butetown, cuyo edificio se puede admirar hasta el día de hoy. Por otro lado, los barcos cargados de desechos salían del muelle sobre la bahía de Cardiff, donde se encuentran los modernos edificios de apartamentos y edificios públicos.