Maó es la capital de Menorca y, en el pasado, un puerto estratégico en las Islas Baleares. Sus áreas han estado habitadas desde tiempos prehistóricos. La ciudad cuenta con numerosos monumentos, entre ellos una fortaleza del siglo XIX y numerosas iglesias, y en sus inmediaciones hay un parque natural donde se pueden observar aves silvestres.
Según la leyenda, la ciudad iba a ser fundada por el hermano de Aníbal, el cacique cartaginés, Mago Barca y de él tomó su nombre. Aunque esta información no está del todo confirmada, los orígenes de Maó están asociados a las guerras entre Roma y Cartago. El puerto local, ubicado en una bahía profunda, ya tenía entonces una importancia estratégica. No obstante, el entorno de la actual capital de Menorca ya estuvo habitado en época prehistórica, como atestiguan los yacimientos arqueológicos de Talaiot y Taula de Trepucó.
A lo largo de su historia, Maó ha estado ligada al mar y al comercio marítimo. Las potencias marítimas del mundo de entonces competían por el acceso al puerto local. Hoy, Maó es una ciudad con muchos monumentos conservados, que ha conservado la atmósfera de una ciudad portuaria histórica.
La pieza central de Maó es la Plaça de Esplanada, rodeada de casas de vecindad históricas y el edificio del antiguo cuartel británico. La iglesia carmelita barroca y la iglesia de St. María.
En el pasado, las entradas al puerto de Maó estaban defendidas por numerosas fortificaciones. Los restos del Fuerte Sant Felip ahora albergan un museo militar, mientras que una de las mayores atracciones de Mao es la Fortaleza de La Mola del siglo XIX. También está el Museo de Menorca en la ciudad con una gran colección de reliquias que cuentan la historia de la isla desde la prehistoria hasta nuestros días.
Al norte de Maó se encuentra el parque natural de s'Albufera des Grau. Estos incluyen dunas, remansos costeros e islotes costeros que son un refugio para las aves acuáticas. Para los turistas, existen rutas de senderismo desde las que se puede observar la naturaleza.