La Font de Santa Anna de Barcelona es la fuente más antigua de la ciudad. Sus paredes están decoradas con un colorido mosaico de cerámica vidriada diseñado por Josep Aragay. Las pinturas muestran figuras de una mujer y un hombre cargando agua, imágenes de ángeles y motivos florales. En el anverso se colocó el escudo de Barcelona.
En sus inicios, la Font de Santa Anna se llamaba la "fuente de los señores" (font dels senyors), porque cerca de la calle de Montcada vivían representantes de la nobleza catalana.
La fuente data de 1356. Originalmente fue construido en forma de octágono, no estaba decorado de ninguna manera. Al estar ubicado en un cruce de caminos, aquí se creó un abrevadero para caballos. La fuente fue completamente reconstruida en 1819 y en 1918, de ahí provienen las decoraciones.