La historia de este monasterio ortodoxo femenino se remonta al siglo 14. Fue fundado por el zar búlgaro Ivan Alexander y luego abandonado debido a las invasiones otomanas. Fue reactivado y reconstruido a finales del siglo 16. De esta época proceden algunos de los frescos, que son los monumentos más valiosos del actual monasterio.
La iglesia monástica tiene 12 m de largo y 5 m de ancho. Tiene una nave y un ábside, y su arquitectura es muy cercana a la de otras iglesias cercanas, incluida la de Sveta Petka. En el interior del templo, además de los frescos mencionados, también se pueden ver los retratos murales del boyardo Radoslav Mavar y su familia. Fue por iniciativa suya que el complejo del monasterio fue reconstruido en el siglo 16. También hay frescos que representan a los santos guerreros, St. George, St. Mercurio de Cesarea y St. Demetrio de Tesalónica.