Río de Janeiro es la ciudad brasileña más reconocida. La poderosa metrópoli, una de las ciudades más grandes del país, resplandece con la fama de la capital mundial del carnaval. Ubicado a orillas del mar, con acceso a varias playas de arena, entre ellas la famosa Copacabana, es sumamente diverso, y su símbolo es la figura del Cristo Redentor de pie sobre una roca alta.
La ciudad fue construida en el sitio de un puesto comercial portugués, y su nombre refleja la creencia de los primeros exploradores de que encontraron el camino hacia la desembocadura del río. A lo largo de los siglos, pasó de ser un puerto comercial a convertirse en el centro más importante del Brasil colonial y, después de la independencia, fue la capital. En 960, las autoridades se trasladaron a la recién construida Brasilia, y Río siguió siendo una de las ciudades más grandes e importantes del país.
A pesar de la larga historia de monumentos que se remonta al siglo XVI, hay relativamente pocos monumentos en Río de Janeiro. Estos incluyen, en particular, iglesias como la Iglesia de Nossa Senhora da Candelária, el Monasterio de St. Benedict o los edificios de los barrios coloniales con el famoso Arco de Teles o Fuerte Copacabana. Sin embargo, no son los monumentos los que hacen que Río sea tan atractivo. Es una ciudad despierta, un próspero centro de entretenimiento y un importante polideportivo.
Los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro dejaron atrás numerosas instalaciones deportivas, como el Estadio Nilton Santos. Sin embargo, el más famoso es el templo del fútbol y uno de los estadios de fútbol más importantes del mundo, Maracaná.
Visitar Río de Janeiro es un descubrimiento constante de sus diferentes caras y atractivos repartidos por diferentes lugares. El más grande de ellos es, por supuesto, la estatua del Cristo Redentor en el monte Corcovado. Puede tomar un sendero o tomar un teleférico para llegar a la estatua. Sin embargo, el rocoso Pan de Azúcar es un lugar famoso, un gran mirador sobre la ciudad y toda la bahía. Hay un teleférico hasta su cima, y se puede llegar a la estación de transferencia de Morro de Urca por el sendero Morro de Urca. Toda la costa de Río está cubierta de playas de arena. Las más conocidas son Copacabana e Ipanema, pero hay igualmente buenas condiciones para el descanso, por ejemplo, en la Playa Arpoador o en la Playa Roja.
Otras atracciones imperdibles en Río de Janeiro son el famoso Sambódromo, el lugar del carnaval más famoso del mundo. Cada año, antes del Miércoles de Ceniza, se realizan aquí desfiles con actuaciones de escuelas de samba, donde se divierten millones de turistas de todo el mundo.
También hay muchos museos para visitar en Río, como el futurista Museo del Mañana, el Museo de Arte Moderno y el Museo de Arte Contemporáneo de Niteroi. Una gran atracción es el Acuario, donde se pueden observar peces exóticos de mar y río, mientras que la relajación se puede encontrar en numerosos parques, como Park Lage, Quinta da Boa Vista o Park Flamengo-Aterro.