La vista de la ciudad lacustre de Hallstatt es una de las imágenes de Austria que se reproducen con más frecuencia. El pequeño asentamiento rodeado de montañas es el centro más importante de la región de Salzkammergut, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y en sus alrededores se pueden ver, entre otros, cementerios prehistóricos y minas de sal.
Hallstatt es pequeño, encajado entre las orillas del lago Hallstättersee y las laderas de los Alpes. Una iglesia evangélica neogótica con una torre alta se encuentra en la estrecha plaza pavimentada del mercado. A su alrededor se concentran casas de madera y piedra construidas una cerca de la otra. Muchos de ellos tienen el aspecto de un típico balneario alpino, con balcones de madera decorados con flores y techos de tejas oscuras. Arriba, en la ladera, hay una pequeña iglesia católica barroca con una capilla de calaveras. Allí se han recogido los restos de más de 1.500 muertos y muchos de los cráneos colocados en los estantes están firmados. La ciudad también se puede admirar desde la cubierta de los cruceros en el lago y pequeñas embarcaciones eléctricas que se pueden alquilar por un período de tiempo determinado.
Durante varios cientos de años, Hallstatt y la región de Salzkammergut que lo rodea han fascinado a los investigadores del pasado. En el siglo XVIII, se descubrió el cuerpo conservado de un minero prehistórico en las minas de sal locales. La investigación arqueológica regular llevada a cabo desde el siglo XIX ha llevado al descubrimiento de dos cementerios y minas de sal de la Edad del Hierro, cuyos fragmentos más antiguos datan de la Edad del Bronce. Hoy se pueden visitar ambos sitios, y un funicular llega hasta la entrada a la mina, desde donde también se pueden admirar los encantos de los paisajes circundantes.
