Ubicada cerca de la frontera con Francia, Stuttgart está considerada como uno de los lugares más amigables para vivir en Alemania. Reconstruida después de la guerra, la ciudad se deleita con su pintoresco casco antiguo, hermosos palacios y edificios modernos.
Muchas encuestas de opinión pública muestran que la gente en Stuttgart es muy agradable para vivir. También muestran mucha más holgura que los habitantes de otras grandes ciudades alemanas. Es un lugar acogedor, muy abierto y que combina con habilidad tradición e historia con modernidad.
El principal hito de la ciudad es la gran Schlossplatz, desde la que se puede admirar el Palacio Nuevo de los Duques de Württemberg, construido a finales de los siglos XVIII y XIX. Hay una plaza donde los habitantes disfrutan de picnics o simplemente vienen a tomar el sol. El palacio en sí, a veces comparado con el Versalles en París, hoy alberga el ministerio de finanzas del estado, y algunas de las habitaciones con muebles reconstruidos están abiertas al público.
Un poco más lejos está el renacentista Castillo Viejo, alrededor del cual se encuentra el casco antiguo con numerosas casas de vecindad y plazas. El más importante de ellos es Schillerplatz, que toma su nombre del nombre del autor del texto Oda a la alegría.
Sin embargo, Stuttgart no se trata solo de monumentos. Entre los nuevos y atractivos edificios, los líderes son la Nueva Biblioteca, inaugurada en 2011, que brilla con luz multicolor por la noche, y el Museo de Arte Moderno con obras de Will Baumeister, Adolf Hölzel y Dieter Roth. La ciudad también tiene una oferta para los amantes de la automoción. Hay dos museos famosos de las marcas Mercedes Benz y Porsche.